Protestas por la actuación de Mayumaná en Madrid / BDS España

El movimiento internacional BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) surge después de que en 2005 más de 170 organizaciones, asociaciones, sindicatos y partidos políticos palestinos llamaran a boicotear a Israel hasta que renunciara a la ocupación de territorios, al apartheid y al trato desigual al que somete a la población palestina que habita en el Estado de Israel.

La campaña BDS hace un llamamiento a la ciudadanía internacional y aclara: “No estamos contra los judíos ni contra los ciudadanos del estado de Israel, entre ellos hay quienes luchan por las mismas metas”. Su objetivo es derribar la ideología sionista que viene ejercida desde el Gobierno en Tel-Aviv . Es una acción política que busca concienciar a una población a veces sumida en el desconocimiento. Es la búsqueda de una solución justa que no llega por parte de las instituciones internacionales.

El boicot

Existen cuatro tipos de boicot a productos israelíes: el boicot económico, el académico, el cultural y el político. En cualquiera de estas áreas la finalidad es la misma: aislar al Estado de Israel para forzar un cambio en sus políticas y presionar para que bancos, empresas y fondos de inversión retiren sus inversiones en bancos y empresas israelíes.

El impacto económico que el movimiento es capaz de causar es notable. A principios de este año el fondo de pensiones holandés PGGM informaba de su intención de dejar de invertir en cinco de los mayores bancos israelíes. Una pérdida que ascendía a los 200 millones de dólares. La misma decisión tomó el Danske Bank, el banco más importante de Dinamarca. La entidad decidió desvincularse del Bank Hapoalim, que es uno de los más grandes de Israel y que, también, financia la ocupación de colonias en territorio palestino.

1.200 profesores e investigadores del Estado español con el BDS Académico/AFP. M Abed.

En el ámbito académico, fue la Universidad de Johannesburgo la primera en romper relaciones con la Universidad israelí Ben Gurion, en el año 2011. Desde entonces se han sucedido las propuestas de la mano de académicos y políticos, principalmente procedentes de Palestina, Estados Unidos y Reino Unido. La idea fundamental gira en torno a la no cooperación con instituciones académicas israelíes que traten de normalizar las políticas del estado de Israel o las reiteradas violaciones del Gobierno sionista a los derechos humanos. Son objetivo de boicot los eventos académicos convocados o copatrocinados por Israel o por instituciones afines, los acuerdos de cooperación en materia de investigación con organismos académicos dependientes de Israel o con el propio Gobierno o aquellos proyectos que estén financiados por lobbies israelíes, entre otras tantas propuestas.

En España, la campaña BDS sacó el pasado verano un manifiesto por el cese de las relaciones con el ámbito académico israelí hasta que el país cese el incumplimiento de la legislación internacional. Alrededor de mil doscientos profesionales del mundo académico y científico apoyaron con su firma el texto: 150 catedráticos, 850 profesores y 200 investigadores, aproximadamente.

Cultura, el lavado de imagen del sionismo

“Me niego a ser indiferente ante cualquier violación de los derechos humanos. Y digo NO”. Así de rotundo se ha mostrado el escritor y periodista Luis García Montero, uno de los intelectuales españoles adheridos al boicot cultural. Aunque no es el único. Al llamamiento también se han unido, entre otros, Alberto San Juan, Maruja Torres, Beatriz Gimeno, Pilar Bardem, Carlos Taibo o Belén Gopegui.

El boicot cultural tiene dos objetivos: las instituciones, eventos y productos culturales israelíes que cooperan o guardan silencio ante las políticas del Gobierno de Israel y que contribuyen al lavado de imagen de una especie de “Marca Israel” que pretende legitimarse internacionalmente mediante la promoción de actividades culturales y deportivas. Es una herramienta de propaganda que pretende, a través de caras conocidas, mostrar al mundo la imagen más simpática del país. Un ejemplo claro lo encontramos en Madrid, donde la Casa Sefarad-Israel -situada en un edificio propiedad de la Comunidad de Madrid- recibe elevadas subvenciones públicas para organizar eventos que normalizan y potencian las relaciones entre Israel y España.

La segunda línea de actuación pide a artistas e intelectuales que se nieguen a participar, organizar o actuar en actividades organizadas o financiadas por el estado de Israel. La última polémica la protagonizó Joaquín Sabina, que cantó en Israel el pasado mes de junio, a pesar de las voces que pedían su cancelación. Tampoco canceló en 2012, aquella vez lo hizo acompañado de Joan Manuel Serrat. Artistas como Paul McCartney, Alicia Keys o Red Hot Chili Peppers tampoco han apoyado la campaña. Por otro lado, Elvis Costello, The Pixies, Carlos Santana, Gil Scott-Heron, Roger Waters, Santiago Auserón, At Versaris o Los Chicos del Maíz se han unido a la iniciativa y son partidarios del boicot cultural.

La postura de España

El 18 de noviembre el Congreso de los Diputados aprobaba por unanimidad la proposición no de ley presentada por el PSOE a favor del reconocimiento del Estado Palestino. En el texto, se instaba al ejecutivo de Rajoy a un reconocimiento formal y simbólico con el propósito de “impulsar” las negociaciones de paz.

El pronunciamiento, sin embargo, no es vinculante y no marca un plazo fijo. Además, PP y PSOE optan por que el reconocimiento se produzca de manera coordinada con el resto de países de la Unión Europea. El portavoz de Asuntos Exteriores del PP en el Congreso, José María Beneyto, ya ha avisado: “España no quiere ser un verso suelto”. En Suecia, sin embargo, ya se ha procedido al reconocimiento y Francia se dispone a ello. Los parlamentos de Gran Bretaña e Irlanda también han instado a sus respectivos gobiernos.

El Gobierno español, ante los ataques de Israel contra el pueblo palestino, se adhiere a la posición del Consejo de Seguridad y Asuntos Exteriores de la Unión Europea, fijada en 2008, que deniega las transacciones de armas cuando existe riesgo de que estas sean utilizadas para violar el derecho internacional. Así, España suspende de forma temporal la venta de armas a Israel cada vez que se produce un ataque militar, aunque diversas organizaciones sociales piden que esta suspensión sea indefinida, considerando que sólo así se contribuye realmente “al alcance de una paz justa y sostenible en Palestina”.

Repercusiones económicas que el boicot tiene sobre Israel

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha encomendado la responsabilidad de luchar contra el movimiento BDS al Ministerio de Asuntos Estratégicos. El Gobierno está principalmente preocupado por el creciente número de judíos, sobre todo en Estados Unidos, que se han unido a la campaña o que rechazan abiertamente el principio básico del sionismo: la idea de Israel como ’hogar de los judíos’.

Como estrategia de comunicación, Israel recurre al antisemitismo, aunque esta afirmación carece de fundamento frente a la campaña, que desde un principio ha mostrado de manera clara su carácter no racista. Además, este argumento es erróneo desde la base al suponer que judíos e Israel son parte de un todo.

El ministro de Economía de Israel, Yair Lapid, reconocía a principios de año que la campaña BDS está empezando a morder. Además, los empresarios israelíes cada vez se muestran más partidarios del camino de la paz, conscientes del daño que la campaña puede ejercer sobre el comercio. La retirada de algunos fondos de inversión europeos, las grandes empresas que cancelan contratos afecta directamente a la economía israelí. Rumanía, además, ha prohibido a sus ciudadanos trabajar en los asentamientos israelíes en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Este. En palabras que pronunció el propio Lapid en febrero de 2014, ’si las negociaciones con los palestinos se estancan o explotan y nos adentramos en la realidad de un boicot europeo, aunque sea muy parcial, la economía israelí entrará en recesión y el coste de la vida aumentará. Los presupuestos para educación, sanidad y seguridad se recortarán y los mercados internacionales se cerrarán para nosotros’. El ministro estimaba que unos 10.000 israelíes podrían perder su empleo y calculaba que el comercio de Israel con la Unión Europea podría caer en casi seis millones de dólares.

Como respuesta, en una reunión secreta celebrada el 9 de febrero de este año, el Gobierno del Estado de Israel y los servicios de inteligencia israelíes acordaban tres puntos a través de los cuales paliar los efectos nocivos de la campaña BDS:

 Destinar casi 21 millones de euros a una campaña propagandística contra el movimiento y sus activistas

 Maximizar el trabajo de la inteligencia israelí contra el BDS

 Promover la lucha jurídica en los países aliados de Israel, como Estados Unidos, Canadá o Australia, para que redacten leyes que penalicen el boicot.

Así las cosas, la campaña BDS en España trabaja en las formas de boicot sobre la realidad local de este país, considerando que "es el camino para desbloquear la ocupación y genocidio" que sufre el pueblo palestino. Aquí puedes consultar la lista de productos susceptibles de boicot que han sido identificados por el movimiento. Sabemos cómo terminó el boicot que tumbó el apartheid sudafricano, por eso hacemos nuestras las palabras de Desmond Tutu, "si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor".