La nueva campaña publicitaria de Volkswagen, “Volkswagen y tú”, lanzada pocos meses después de que se destapara el escándalo a raíz del sofware trucado en muchos de sus modelos diésel para ocultar que sus emisiones superaban los límites establecidos, trata de recuperar la imagen de la marca mostrando una nueva óptica más sentimental, centrada en las personas.
La campaña incluye un anuncio para televisión, en la que el protagonista pasa por distinta etapas de su vida (de niño, se echa novia, se casa, tiene hijos…, todo muy pensado para darle un toque sentimental) en escenas en las que viaja en algún vehículo modelo de la marca, que va actualizándose conforme avanza el tiempo. El lema final: “Es más que un coche, es parte de tu vida”. También tienen su protagonismo las redes sociales, ya que se ha creado una páginaweb, que invita a través de Twiter a compartir otras historias en las que esté presente algún vehículo de la marca.
Sobre la campaña, Jürgen Stackmannn, responsable de ventas, marketing y postventa de Volkswagen Vehículos de Turismo afirma: “Detrás de cada coche que vendemos no hay solo un consumidor, también hay una historia. Un asombroso número de personas en todo el mundo asocia nuestros vehículos con sus recuerdos, porque Volkswagen es parte de sus vidas. En otras palabras, Volkswagen era, y sigue siendo, el coche de la gente”. Declaraciones que dejan clara la intención de la campaña de servir de lavado de cara de la marca.
Este anuncio merece ser destacado por ser uno de los primeros que se realizan después del escándalo de las emisiones. Pero Volkswagen tiene una larga trayectoria en publicidad, que siempre ha sido destacada entre los publicistas por su creatividad, y que ha servido para convertir al grupo alemán en uno de los más importantes fabricantes de automóviles.
Ya en el año 1960, Volkswagen lanzó uno de sus anuncios más valorados en el mundo de la publicidad: ’Lemon’. Con esta única palabra se describía un modelo de escarabajo que nunca llegaría a distribuirse debido a un pequeño defecto en su fabricación. Con esta campaña, la marca daba la vuelta a la tortilla, lanzando el mensaje de que destinaba todos sus esfuerzos para asegurar la calidad y seguridad de sus clientes demostrando su capacidad de rechazar cualquier producto que presente el más mínimo error. Algo que ahora, ante el reciente escándalo, resulta cuanto menos irónico.
Igualmente irónico resulta que durante muchos años la imagen de la marca se ha asentado sobre el mensaje de la fiabilidad de la tecnología alemana, cuestión que ha quedado en entredicho, y que no sólo afecta a la credibilidad de la industria germana, sino también a su Gobierno, incapaz de detectar el fraude durante tanto tiempo.
Durante años la imagen de la marca se ha asentado sobre la fiabilidad de la tecnología alemana
En cualquier caso, especial interés requieren aquellas campañas del Grupo para dar una imagen más verde o ecológica de sus vehículos, mientras engañaban a consumidores/as y autoridades respecto a sus emisiones reales. En este sentido, cabe destacar la demanda interpuesta contra Volkswagen por parte de la Comisión Federal de Comercio estadounidense, que acusa al grupo alemán de emplear publicidad engañosa con su campaña publicitaria de “Diésel limpio” que llegó a incluir anuncios en la Super Bowl. Las autoridades consideran que la compañía automotriz dijo en sus campañas que sus vehículos con motor TDI Clean Diesel eran amigables con el medio ambiente, mientras que sabía que en realidad emitían contaminación excesiva.
A parte, en distintos países como España, destaca la campaña “Think-Blue”, iniciada por la automotriz alemana Volkswagen en 2.011 con el objetivo de convertirse (al menos en imagen) en la compañía del sector más responsable con el medio ambiente. Con esta campaña, cuya web sorprendentemente sigue activa y actualizada, la compañía no sólo trata de presentar sus trabajos desde un lado más sensible hacia el medioambiente, sino que quería mostrar que sabe escuchar las ideas y deseos de su público. Así, incluyen varios consejos para que sus clientes puedan ahorrar combustible y además, se los invita a participar en diferentes proyectos que apuestan por la sostenibilidad. También, en 2.015 llegó a organizar los “Premios Think Blue” que destacaba a los proyectos con mayor valor ambiental.
Poco antes de esta campaña, en 2.007, el grupo alemán lanzó el “Programa CO2 Neutral”. Todos los coches nuevos de Volkswagen incluían, como equipamiento de serie, un árbol que se plantaba y que Volkswagen, a través de la Fundación +Árboles, se comprometía a cuidar entre 30 y 40 años para compensar las emisiones de CO2 de los primeros kilómetros del vehículo. Además, el Programa ponía a disposición de los clientes la posibilidad de adquirir un Pack CO2 Neutral, con el que contratar un número mayor de árboles. Un lavado verde de la marca en toda regla, para el que el Grupo no sólo destinaba una cantidad ridícula de recursos, dentro de sus millonarios beneficios, sino que aún peor, transmitía al consumidor/a la idea de que con comprar alguno de sus vehículos ya contribuía suficientemente a mejorar el medioambiente.
En cualquier caso, ahora sabemos que el compromiso ambiental del que hacía gala el grupo alemán en sus campañas era pura imagen.
En mayo del año pasado, la ONG Consejo Internacional para el Transporte Limpio alertó a la Agencia de Protección del Medioambiente estadounidense (EPA) de que los niveles de emisiones de algunos modelos de Volkswagen eran muy superiores a los que los fabricantes certificaron a las agencias reguladoras.
En septiembre de 2015 salió a la luz definitivamente que Volkswagen había instalado ilegalmente un software para cambiar los resultados de los controles técnicos de emisiones contaminantes en 11 millones de automóviles con motor diésel, vendidos entre 2009 y 2015. Gracias a este fraude, estos modelos cumplían con los estándares de la EPA. Sin embargo, los vehículos implicados emiten hasta 40 veces el límite legal de óxidos de nitrógeno.
En cuanto a las consecuencias, hay que tener en cuenta que el dióxido de nitrógeno es un contaminante que provoca diferentes daños a la salud humana, en concreto a los pulmones, al alcanzar los tramos profundos del tracto respiratorio, inhibiendo algunas funciones de este órgano. Los niños y asmáticos son los más afectados. Además, algunos experimentos indican que el dióxido de nitrógeno puede tener efectos genotóxicos sobre el material hereditario, pudiendo causar cáncer. En el último informe sobre calidad del aire urbano de la Agencia Europea de Medio Ambiente, se calcula que por la contaminación atmosférica fallecen prematuramente cerca de 430.000 personas al año en la Unión Europea, 20.000 de ellas en España. Además la mitad de la superficie del territorio del Estado (236.300 km²) está expuesta a niveles que rebasan los límites admisibles según la legislación.
El compromiso ambiental del que hacía gala el grupo alemán en sus campañas era pura imagen
Por otro lado, llama la atención que el fraude haya sido destapado en un país considerado como rival comercial de Alemania y de la Unión Europea, y no en este ámbito, cuando se venía denunciando desde hace años por organizaciones como Transport & Environment (T&E), federación a la que pertenece Ecologistas en Acción. Desde luego, el caso Volkswagen pone en entredicho la independencia de las instituciones europeas de la gran industria y hace sospechar que el escándalo del grupo alemán es solo la punta del iceberg de un marco de control de emisiones ineficiente y cómplice de la contaminación y sus efectos.
Además de lo dicho, hay que destacar el papel que la patronal automovilística europea (asociada en la ACEA), en la que tiene un papel destacado el Grupo Volkswagen, cumple a la hora de bloquear y retrasar en lo posible las medidas legislativas a nivel europeo que tratan de reducir los impactos de los automóviles, tanto en lo referido a emisiones tóxicas para la salud como a las que provocan el cambio climático. Esta resistencia provoca que estos daños sean asumidos y costeados por el conjunto de la sociedad.
El Grupo Volkswagen es uno de los más importantes fabricantes de automóviles y está formado por las siguientes marcas: Audi, Bentley, Bugatti, Lamborghini, Porsche, SEAT, Škoda, Volkswagen, Scania, MAN, Volkswagen Vehículos Comerciales y Ducati. Como otras empresas alemanas, su origen está muy relacionado con el nazismo, pues nació de un concurso lanzado a los empresarios alemanes, con Adolf Hitler en el poder, para la concesión de la fabricación del denominado “automóvil del pueblo” (Volkswagen). Ferdinand Porsche fue el encargado de llevar a cabo el proyecto cuyo fin era construir un vehículo sencillo y barato que pudiese estar al alcance de la mayoría de los alemanes.
Comentar