Los protectores solares son cremas o lociones que evitan las quemaduras producidas por la exposición al sol. Su uso es fundamental ya que los rayos ultravioleta del sol pueden penetrar las células y dañarlas, causando no sólo quemaduras sino también problemas más serios como el cáncer de piel. Pero tienen otros riesgos asociados debido a su composición química. La mayor parte de ellos están formados por una combinación de compuestos orgánicos, como el ácido para-amino benzoico, el cinamato, los benzofenonas, el benzimidazol o los derivados del alcanfor, e inorgánicos, como el dióxido de titanio y el óxido de zinc. Incluyen además otros aditivos como los conservantes – a menudo los polémicos parabenos -, los agentes colorantes, surfactantes o fragancias entre otros. Todo un cóctel químico de cuyo impacto medioambiental no se sabe demasiado.
O al menos eso consideraron varios investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que en julio de 2013 publicaron un estudio sobre el efecto de estos compuestos en la fauna marina de una playa de Mallorca [1]. “Nuestros resultados muestran que los productos de protección solar son una fuente significativa de químicos orgánicos e inorgánicos que llegan al mar con potenciales consecuencias ecológicas en el ecosistema marino costero”, dice el estudio. Así, los investigadores encontraron que el dióxido de titanio y el óxido de zinc reaccionan con la luz ultravioleta cuando están en el agua formando peróxido de hidrógeno, que tiene a su vez un efecto negativo para el desarrollo del plancton, base de la cadena alimentaria marina. Las cremas solares además, asegura el estudio, desprende nutrientes inorgánicos que pueden llevar al crecimiento incontrolado de algas, muchas de ellas tóxicas, algo que hemos visto este verano en varias playas españolas [2].
El estudio del CSIC no es el único que ha demostrado el efecto negativo de estos agentes protectoras en la fauna marina. Otro estudio de 2012 elaborado por investigadores de varias universidades americanas halló que el dióxido de titanio afectaba al crecimiento de varios tipos de fitoplancton [3]. Otro estudio realizado sobre cuatro filtros UV utilizados regularmente también encontró que estos compuestos impiden el crecimiento de ciertos tipos de fitoplancton [4].
Las cremas en spray son mucho más dañinas para la fauna marina
Los cosméticos son una fuente importante de contaminación hoy en día. Se calcula que las mujeres occidentales usan una media de doce tipos de cosméticos diferentes cada día, mientras que los hombres utilizan seis. Sin embargo, se sabe poco sobre el efecto de los productos químicos que los componen. Así, la activista y especialista en químicos Annie Leonard, asegura que menos del 20 por ciento de los químicos utilizados en los productos de belleza en Estados Unidos han sido analizados. Por su parte, el científico y activista David Suzuki ha catalogado 12 de ellos por considerarlos los más peligrosos. La lista completa puede consultarse aquí.
Como para la mayoría de los cosméticos que conocemos, han aparecido durante los últimos años alternativas bio y ecológicas. Estas cremas evitan los compuestos más problemáticos, pero es complicado crear un producto eficaz contra los rayos solares que sea totalmente neutro. No obstante, lo que sí apunta el estudio del CSIC es que las cremas en spray son mucho más dañinas para la fauna marina que las tradicionales en crema. Mejor evitarlas.
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