Que este otoño haya habido temperaturas primaverales es una señal más de alarma. El cambio climático está directamente relacionado con el actual modelo energético basado en combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) cuya quema libera dióxido de carbono a la atmósfera, principal gas de efecto invernadero. Aunque es un fenómeno global, los impactos del cambio climático en distintas regiones del planeta son diversos. España será uno de los países más afectados de la Unión Europea por el aumento de temperaturas y la desertización, con fenómenos meteorológicos extraordinarios con creciente frecuencia. A pesar de ello, el gobierno de España no se compromete y se aleja de la tendencia de la UE, con el repunte de emisiones de gases de efecto invernadero que aumenta 3,2% en 2015 respecto a 2014 y 18% respecto a 1990.

El Acuerdo de París, ratificado por 103 países (entre los que no está España) que representan el 73% de las emisiones de gases de efecto invernadero y entró en vigor el 4 de noviembre, es el marco político internacional donde los gobiernos asumen el compromiso colectivo de mantener el calentamiento global a largo plazo muy por debajo de los 2ºC. Sin embargo, este acuerdo no contiene medidas concretas para que el objetivo sea alcanzable. Las negociaciones internacionales en Marrakech deben avanzar en la configuración de mecanismos que garanticen la mejora del gobierno internacional del clima, para limitar y revertir con eficacia y magnitud suficiente el calentamiento global.

Alianza por el Clima, formada por más de 400 organizaciones ecologistas, sindicales, de cooperación al desarrollo, ciencia, investigación y consumidores, propone medidas factibles y efectivas para luchar contra el cambio climático y mejorar las condiciones de vida y laborales.

Esas medidas incluyen:

Generación de energía: Cambio del modelo energético, promover el autoconsumo y la eficiencia energética. Dotar fondos de I+D+i para desarrollar nuevas fuentes de energía renovable, abaratar las existentes y mejorar la eficiencia energética.

Agricultura: Búsqueda de soberanía alimentaria; apoyo a la agricultura ecológica frente a la explotación intensiva, que produce alimentos de inferior calidad y emisiones de NOx por el uso de fertilizantes químicos y hace peligrar los equilibrios de los ecosistemas (desaparecen las abejas).

Sequía: Mejorar la eficiencia del ciclo del agua; promover un consumo responsable; proclamar la igualdad universal del acceso al agua de calidad (como establece la ONU en sus objetivos del milenio). Mantener y aumentar los bosques es esencial para proteger la tierra de fenómenos climáticos, retener el agua en el subsuelo y evitar la desertización. Contribuyen además a reducir la concentración de gases de efecto invernadero, absorbiendo CO2. Es fundamental desarrollar planes efectivos para luchar contra los incendios que todos los veranos asolan nuestros bosques.

Transporte: Programas de movilidad urbana que fomenten el uso del transporte público, la pedanía y la bicicleta. Promover la alta ocupación de vehículos particulares y discriminar entre categorías según sus emisiones.