Nuestra casa, es a su vez, un contenedor de todas esas cosas que compramos. Cosas, probablemente, que las usaste el día que la compraste y luego quedó olvidada en el trastero que se convierte cada espacio de tu casa. Ahora, traslademos la reflexión a tu cuerpo, ¿cuántas cosas compraste para ponerte encima y cuántas para ingerir? Muchas, y seguramente piensas ¿por qué he comprado esto? Pasemos a los alimentos. Un repaso rápido por tu despensa te dará una bofetada de realidad: has comprado más de lo que vas a comer. Las clasificarás entonces en: alimentos que consumirás, otros que no comerás nunca y algunos ya vencidos.
Según el último informe de consumo de MAPAMA (Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente), las pérdidas económicas asociadas al desperdicio de alimentos se calculan en unos 580.000 millones de euros en todo el mundo, cuantificando solo el valor de los alimentos desperdiciados. Si se incorporan las externalidades, costes sociales y ambientales, pueden cifrarse en torno a los 2 billones de euros. En el caso de España, un informe europeo cifra el impacto económico en 11.000 millones de euros. Este último año hemos tirado a la basura un 4,3% de los alimentos que hemos comprado. Ahora ya puedes hacer el cálculo: multiplica el dinero que destinas a alimentación por ese 4,3% y sabrás el dinero que has tirado a la basura. Si hiciéramos la pregunta: ¿dónde está mi queso? con una variación, nos quedaría ¿dónde está mi dinero? Una buena parte en la basura. Trabajamos y producimos para tirar, no para vivir.
En épocas de precariedad económica, por lo tanto, tirar dinero a la basura es un atentado a la vida. Y en mejores épocas, sería un atentado al medio ambiente. Si el desperdicio de alimentos global fuera un país, sería el tercer país que más contamina por detrás de China y EE.UU. Tirar, desperdiciar, desechar, véase por dónde se vea es un atentado a nosotros mismos. Por muy “eco’s” que seamos, por mucho que reciclemos, aunque nos preocupe y padezcamos los efectos del cambio climático, seguimos sin relacionar el desperdicio con la alimentación ecológica y el consumo responsable y sostenible, según los resultados del informe del Grupo E-SOST de la Universidad de Comillas y Prosalus.
Afortunadamente, la precariedad agudiza el ingenio y pone en valor los principios de apoyo mutuo. En el desecho está el hecho, desperdiciar puede transformarse en compartir, en dar a otro lo que no vas a utilizar. En que tu dinero no atraviese el colador a una lejana economía sino que pase a la economía del vecino o vecina de al lado. Compartir alimentos no perecederos se puede poner en práctica en la plataforma de Yonodesperdicio. Una app web y móvil que lleva más de 2 años trabajando para crear una red ciudadana que permita disminuir el desperdicio alimentario.
En vacaciones se incrementan nuestros gastos y a la vuelta el colador se convirtió en un tubo de fuga. Para que esa situación no alcance niveles astronómicos, empieza por la cocina. Planifica lo que consumirás y comparte lo que no vas a utilizar. Súmate y resta kilos a la basura.
2 Mensajes
19:13
Interesante análisis, muchas veces compro y cocino alimentos que al final acaban en la basura solo porque a mis hermanos no les gusta. Y si me pusiera a hacer cuentas todo ese dinero lo hubiera utilizado para otras cosas. Ojalá que hubiera iniciativas como la mencionada en México, nos hace falta concientizarnos más; y también tener más cultura respecto a los alimentos.
En general la gente debería de ser más critica y no comprar porque sí.
Saludos.
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01:18
¿Por que perdemos dinero al comprar?
Porque el dinero no se crea en una renta basica universal, sino en cualquier otra cosa que no sea eso.
Es como preguntarse ¿Por que pierdes la papeleta de voto al votar? Pues porque lo has metido en la urna de votacion. Lo absurdo, es que para la proxima votacion no tengas papeletas de voto porque no se han podido reciclar todas con "impuestos" a las anteriores urnas de votacion.
Por eso es que eres un colador y un cero a la izquierda en la economia, no porque falten o se despilfarren recursos o porque no estas rebuscando bien en el cubo de la basura, sino porque no eres el grifo de entrada de dinero y no eres donde los impuestos depositan el dinero tras recaudar.
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