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CEO presenta su informe sobre la relación entre Bruselas y los lobbys energéticos

28 de noviembre de 2015

Las puertas giratorias de Bruselas: Joaquín Almunia y la energética ENEL

Ahora que los ministros de medio ambiente y energía se preparan para la cumbre del clima de París, la COP21, Coroporate Europe Observatory (CEO) investiga cómo las puertas giratorias garantizan a las grandes empresas energéticas, el Big Energy, la cercanía a las instituciones de la Unión Europea. En su último informe publican , entre otros, el caso de Almunia y la empresa energética italiana ENEL


Las puertas giratorias de Bruselas: Joaquín Almunia y la energética ENEL
Parlamento Europeo  

Mientras el clima se calienta, los grupos de interés de las grandes empresas energéticas, el Big Energy lobby, sigue frecuentando los círculos del poder de la UE. Presionan para imponer sus argumentos, según los cuales deben ser parte de las negociaciones, y propugnan una colección de falsas soluciones tecnológicas y de ’greenwash’, campañas de lavado de imagen, como respuesta a un cambio climático fuera de control.

En otras ocasiones Corporate Europe Observatory ha documentado las artimañas del lobby empresarial del clima. Hemos demostrado que durante décadas estas empresas han estado presionando en contra de la actuación eficaz en materia de cambio climático a nivel nacional, de la UE, e internacional, con la obstrucción de políticas que habrían reducido eficazmente las emisiones y dejado los combustibles fósiles en el subsuelo.

En este artículo exploramos una herramienta específica de los lobbies energéticos: los fichajes a través de las puertas giratorias de Bruselas. La puerta giratoria entre las instituciones de la UE y los grandes grupos energéticos ilustra la apropiación empresarial del proceso de toma de decisiones de la UE (que supuestamente actúa en el interés público) en favor de la agenda de la industria. Las instituciones de la UE hacen la vista gorda ante la cultura, redes sociales, mentalidad y sesgo favorable a las empresas que esas personas pueden traer consigo. Así como ante los posibles conflictos de intereses que podrían propiciar que las grandes empresas energéticas se beneficiaran del conocimiento y de las agendas de contactos de esas personas con información privilegiada. Está claro que las normas actuales de las instituciones europeas sobre puertas giratorias no son lo suficientemente estrictas para eliminar el riesgo de que vayan en aumento los conflictos de intereses y influencia excesiva por parte de las grandes empresas.

El informe se centra en cinco casos:

  • El funcionario de la Comisión: Marcus Lippoldque trabajaba en ExxonMobil
  • El eurodiputado: Chris Davies, eurodiputado, que defendió la captura y almacenamiento de carbono (CAC) durante sus 15 años de pertenencia a la Comisión de medio ambiente del Parlamento Europeo, cooperando estrechamente con los intereses de las grandes empresas energéticas
  • La asesora especial de la Comisión: Nathalie Toccique a la vez que Asesora Especial de la Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidenta de la Comisión Europea Federica Mogherini, es miembro del Consejo de Edison, “la empresa energética europea más antigua de Europa”, propiedad del gigante energético francés EDF
  • El funcionario de Estado miembro: Matthew Hinde que ha sido durante los dos últimos años Director de Estrategia ante la UE del Ministerio británico de Energía y Cambio Climático. Acaba de incorporarse como responsable de la cuenta de energía en Bruselas de FleishmanHillard, una de las firmas de relaciones públicas líderes en temas de energía, entre cuyos clientes figuran Total, Shell, Statoil, ENI, SHV Energy, Exxon Mobil y BP entre otros
  • El comisario español Joaquín Almunia

Joaquín Almunia. Del PSOE a la energética ENEL

Los Comisarios están en la cúspide de la pirámide de influencia en Bruselas, y como tal deben atenerse a un (laxo) código de conducta, y durante los 18 meses posteriores al cese de su cargo deben solicitar autorización a la Comisión para ejercer cualquier nueva “actividad profesional”. Entre los 13 cargos para los cuales el ex-Comisario de Competencia Joaquín Almunia ha recibido autorización de la Comisión se encuentra el de miembro retribuido del comité científico que ha elaborado el estudio “Building the Energy Union to Fuel European Growth” para European House-Ambrosetti. Esta es una consultoría con fines lucrativos con sede en Italia y forman parte de su Consejo altos cargos de Enel, ING bank, JP Morgan y otros. De hecho el estudio sobre la Unión Energética fue “solicitado” (y al parecer financiado) por Enel, la gran multinacional italiana que opera en los mercados de la electricidad y el gas. El logo de Enel figura en el estudio y comparte los derechos de propiedad intelectual; forman parte del consejo asesor del informe varios miembros del personal de Enel, entre ellos Francesco Starace, Director General, y Simone Mori, Director de Asuntos Europeos, junto con otros tres más. Un modo habitual de las grandes empresas para promover sus agendas es encomendar a terceros estudios o informes sobre políticas en un ámbito en el que desean potenciar su influencia estratégica.

La consultora que contrató a Almunia está formada por altos cargos de ENEL, ING Bank y PJ Morgan

En general, el informe se centra en la energía para la competitividad, lo cual está totalmente en línea con los grupos de presión de la industria pesada, entre los que están el lobby del sector químico y la patronal europea BusinessEurope (de la que Enel es miembro); según ellos, necesitan energía barata procedente de los combustibles fósiles para seguir con sus actividades y evitar que trasladen su producción a países con medidas menos ambiciosas en materia climática (la llamada fuga de carbono).

El propio Almunia habla en su prefacio al informe del modo de mejorar la competitividad. Dice: “Debemos lograr el mercado único de la electricidad y el gas a través de las interconexiones, de normas comunes y de incentivos adecuados para los inversores”. Pero esto significa que debemos construir infraestructuras nuevas para combustibles fósiles, que nos condenarán a su uso prolongado, mientras que “incentivos para los inversores” significa dinero público para “impulsar”, es decir, subvencionar a empresas e infraestructuras de energías contaminantes para que contribuyan a lograrlo. En realidad, deberíamos abandonar esos combustibles y en su lugar avanzar hacia energías renovables de propiedad comunitaria y eficiencia energética en los edificios.

A pesar de que el informe apoya la transición hacia la descarbonación del sistema energético de la UE para 2050 (un objetivo proclamado por la UE que no ha venido acompañado de políticas significativas), sus recomendaciones políticas parecen sintonizar más con los intereses de Enel: un mercado único de la energía (que facilitaría a las grandes empresas energéticas operar más allá de las fronteras) y un régimen de comercio de emisiones más fuerte. Enel tiene un interés especial en esto último, porque hará que el gas natural sea más competitivo que el carbón, y Enel está invirtiendo mucho en gas. El informe también promueve el mito según el cual puede haber una producción de combustibles fósiles limpios y habla del gas de esquisto como una “oportunidad”.

Entre los miembros del Consejo de este estudio estaba Jean-Arnold Vinois, antiguo Director de la unidad del mercado interior de la energía en la DG Energía (2011-12) que posteriormente pasó a ser asesor especial del Comisario de Energía de la época Günther Oettinger (2013-14).

La Unión Energética es una de las prioridades principales de la Comisión Juncker. Aunque el vicepresidente Maroš Šefčovič lleve las riendas, Cañete y otros comisarios se mantienen también activos en torno a este programa. Si se examinan las listas de reuniones con lobistas que la Comisión publica se ve claramente que la Unión Energética está atrayendo una cantidad ingente de grupos de presión de la industria. Como era de esperar, quieren que la política se adapte a sus propios fines, también en el tema de la liberalización del mercado energético de la UE, algo que interesa enormemente a Enel y a otras compañías energéticas.

Enel gastó dos millones de euros para ejercer presión en Bruselas en 2014

Enel es uno de los principales grupos de presión de la UE que gastó en lobby en 2014 más de 2.000.000 de euros. Desde diciembre de 2014, Enel se ha reunido con altos cargos de la Comisión un mínimo de seis veces (segúnIntegrityWatch), incluida una reunión con el Vicepresidente Maroš Šefčovič que es el responsable de la Unión Energética de la UE. El periódico The Guardian informó hace poco de la promesa de Enel de que no construiría ninguna nueva central de carbón, a pesar de que el 29% de la electricidad que suministra la empresa se genera con carbón, diciendo que estas centrales son “claramente obsoletas desde el punto de vista tecnológico”. Con todo, InfluenceMap, una herramienta online que puntúa a las empresas según la presión que ejercen en cuestiones climáticas, dice que en el caso de Enel, “su apoyo a/compromiso con la legislación en materia de cambio climático resulta inconsecuente, y a veces contradictorio. Parecen tener una posición ambigua en torno a la legislación sobre eficiencia energética y energías renovables, expresando su apoyo en la web de noticias de la empresa y oponiéndose a las medidas legislativas, como la de los objetivos de la UE para 2030, en sus respuestas a procesos consultivos y en sus posiciones en los medios de comunicación.” La calificación de InfluenceMap a Enel implica que la empresa dice una cosa en público pero transmite un mensaje bastante diferente entre bambalinas.

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