Las cifras que presenta la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) son ilusionantes: en 2013 se facturaron 255,6 millones de euros lo que supone un 10% más que en 2012 y contaba con 7.227 empleados y 19.187 personas voluntarias, según el informe de REAS del año pasado. El número de personas (trabajadores/socios/voluntarios) ha crecido durante el período de crisis 2008 – 2013 por encima del 20% anual, según el citado informe.
¿Qué parte del pastel de la economía total representa la economía solidaria? En una ciudad como Madrid, el dato que publica el INE para 2013 fue de aproximadamente 196.000 millones de euros para el PIB de Madrid. REAS Madrid, que agrupa a 26 entidades con 207 trabajadores, facturó 6,96 millones de euros, un 0,004% del PIB. Nuestras empresas pagan impuestos, cotizan por sus trabajadores y cuando es posible colaboran con la Administración en contratos públicos, pero su objetivo es transformar la economía produciendo bajo los principios de la Democracia, Participación, Transparencia y compromiso con la sociedad. Es evidente, para los que estamos en REAS Madrid, que dicha cifra no aglutina toda la economía solidaria que hay en Madrid y aunque quisiéramos medirla sería difícil porque se basa en gran parte en trabajo voluntario que no genera ingresos, sino que es más bien un intangible que se ve en nuestro día a día y, sobre todo, a futuro.
Pero aunque fuera el doble o el triple, o mejor si la extrapolamos a las 103 entidades que forman el Mercado Social – el principal proyecto de REAS Madrid – llegaríamos a un 0,01% del PIB regional. Poco, si lo medimos, por ejemplo, con Euskadi donde las 62 entidades de REAS facturaron 93,07 millones de euros, lo que supuso sin extrapolar un 0,15% del PIB regional, 41 veces el tamaño relativo de la Economía Solidaria en Madrid, según las cifras del Informe de REAS.
REAS Madrid agrupa a 26 entidades con 207 trabajadores y factura 6,96 millones de euros
Lo que destaca dentro de las cifras de REAS Euskadi, siempre en comparación con las madrileñas, es que de esos 93 millones de euros, un 35% fueron subvenciones, frente a un 12% en el caso de Madrid. No se trata de dirimir si fue antes la gallina del tamaño o de la subvención, pero no deja de ser llamativo, sobre todo cuando también se da en otras comunidades como Navarra (23% de subvenciones sobre el total y 0,07% del PIB) y en alguna más como Cataluña (25% del total y 0,04% del PIB). El dato de Cataluña, por el tamaño de su economía y su población sí puede ser directamente comparable al de Madrid, con un peso de la Economía Solidaria 10 veces superior a la madrileña.
Falta de voluntad política
Está claro que en Madrid somos pocos o quizás no tan pocos, pero el trabajo de muchos no se ve reflejado en una cifra porque es trabajo voluntario que en algunos casos es desinteresado o militante. Pero en otros – cada vez más – obedece a que no existe dimensión económica suficiente para pagar ese trabajo que se deja del lado del compromiso personal. Y ahí es donde radica la importancia de las subvenciones, en su capacidad para consolidar la viabilidad económica de los proyectos y no para seguir financiando sectores inviables como se podría pensar. La mayor parte de las subvenciones están condicionadas a la creación de puestos de trabajo y a la inversión efectiva en economía real, o por lo menos con esa intención nacieron. La Economía Solidaria por sus impactos sociales y económicos positivos ha venido reivindicándose históricamente como portadora de un interés público innegable.
Aquí topamos con la gestora de los recursos públicos, la Administración madrileña en los diferentes niveles, que muestra poco interés por la economía solidaria, a la que considera al mismo nivel que la actividad privada lucrativa e incluso peor. Esto choca con la percepción más o menos extendida de que en los últimos años hemos sido víctimas de contratos públicos que, aun no siendo subvenciones directamente, han contribuido a enmascarar proyectos no viables (autopistas radiales desiertas o la M30) o claramente lesivos para los intereses de la ciudadanía, que nos han llevado a políticas de recortes y de enajenación forzada de lo público. Los beneficiarios de ésa y de otras políticas públicas como las puertas giratorias, los rescates bancarios y la contratación pública en régimen de oligopolio han sido unas pocas empresas que curiosamente no figuran como receptoras de subvenciones, pero que son todavía más beneficiadas por las políticas públicas sin los controles ni los requisitos de aquellos que reciben subvenciones. Gracias a su control de la Administración, los mismos causantes de la crisis son los más beneficiados por las (supuestas) medidas para salir de ella. Un círculo vicioso que ha causado un creciente rechazo social que tras unos años de gestación se ha tornado en un proceso de candidaturas ciudadanas que reivindican un cambio en la gestión de lo público.
La Feria quiere superar los 5.000 visitantes diarios del año pasado
Los resultados apuntan a un cambio en los gestores, incluso algunas de las nuevas candidaturas llevan en sus programas una apuesta por la economía solidaria que llega hasta la creación de concejalías o departamentos específicos para nuestro sector. Eso sólo pueden ser buenas noticias, pero para que nos vean tenemos que seguir presentes en la calle, unas elecciones por si solas no van a cambiarlo todo. Por eso es muy importante sacar músculo en la feria, mostrar que somos más de 100, que somos una marca con valores y un sector creador de empleo que esperamos sea de calidad y suponga una alternativa para más y más personas. Tenemos la gente, las herramientas, los proyectos y esperamos que a partir de ahora, un mayor nivel de interlocución con las instituciones que nos permita visibilizar la aportación de la Economía Solidaria como motor de cambio y de transformación social.
Por tercer año consecutivo la Feria de Economía Solidaria estará presente en el Matadero de Madrid el 13 y 14 de Junio de 2015 con 100 expositores que esperan superar la cifra de los 5.000 visitantes diarios. El objetivo, articular una red de consumidores, productores y entidades sociales que asumen el compromiso de producir, consumir y vivir bajo los valores de la Economía Solidaria. ¿Te vienes?
* Roberto Valdivieso forma parte del Grupo Local de Fiare y del Consejo Rector del Mercado Social de Madrid
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